Seguros de ahorro mixtos (Unit‑linked): rentabilidad variable con cobertura — ¿merece la pena cambiar desde un depósito?

La verdad es que la idea suena tentadora: un producto que junta lo mejor de dos mundos, algo que crece como inversión y al mismo tiempo te cubre como seguro. Si te ronda por la cabeza cambiar tu depósito por un unit-linked, vale la pena que veas qué hay detrás, sin adornos ni tecnicismos. Porque sí, hay ventajas frescas en 2025, pero también fallos que quizá no hayas visto venir.

Los unit-linked son seguros de vida vinculados a fondos de inversión y funcionan como un híbrido curioso: una parte del dinero paga la prima del seguro y el resto va a una cesta de fondos. Esa cesta puede tener acciones, bonos, lo que marque tu apetito y perfil inversor. El riesgo lo asumes tú, y la rentabilidad no está garantizada, muy distinto del depósito, donde sabes exactamente lo que recibirás si mantienes el periodo acordado. Pero ojo, en 2025 siguen siendo atractivos porque la cifra global gestionada por estos seguros ha crecido casi un 19 %, sumando ya más de 24.000 millones de euros. Eso señala que hay quien les ve mucho potencial.

Depósitos o unit-linked: ¿seguridad o oportunidad?

Si estás acostumbrado a la serenidad y previsibilidad de los depósitos, el cambio puede asustar. Con un depósito, sabes lo que ganas y cuándo lo tienes. Pero la renta variable está viva y los unit-linked permiten montarte una cartera con exposición ajustada a tu tolerancia. Además, tienen ventajas fiscales importantes: no pagas impuestos hasta que recuperas el dinero, solo tributas por el beneficio como rendimiento del capital mobiliario, y eso, en muchos casos, marca diferencia.

Ahora bien, no todo lo que brilla es oro. El riesgo está ahí, y no solo el de mercado. Han salido casos feísimos, como el de más de 40.000 españoles atrapados por la quiebra de FWU Life, que había vendido PIAS o unit-linked sin explicar bien los riesgos. Esa situación derivó en demandas por venta engañosa y contratos anulados porque la información fue poco clara. Ese ejemplo va de cabeza a decirte: revisa bien quién te lo vende, quién asesora y si entiendes bien en qué estás poniendo tu dinero.

Si te planteas dar el paso y cambiar tu depósito por un unit-linked, la clave está en entender lo que ganas y lo que puedes perder. Que el vehículo tenga buena reputación, que tenga transparencia en comisiones y que tú sepas cuándo y cómo puedes rescatar el dinero.

Es buena idea cambiar o esperas un poco

Si ahora mismo tienes un depósito y estás cómodo con lo que ganas —aunque sea bajo— quizá no valga la pena cambiar ahora. Pero si buscas mayor rentabilidad a medio o largo plazo y entiendes que el mercado puede girar, entonces un unit-linked bien elegido puede compensar. Solo asegúrate de:

  • conocer tu perfil (si eres conservador, moderado o atrevido),
  • saber qué comisiones pagas (hay pólizas con costes altísimos),
  • revisar la solvencia de la aseguradora y la transparencia de quien te vende el producto,
  • confirmar que hay cierta liquidez sin castigos graves por rescate anticipado.

Una lista (muy breve) para no perder el hilo

  • depósitos: previsibles, seguros, rendimiento limitado, sin sorpresas.
  • unit-linked: potencial de rentabilidad, cobertura, fiscalidad favorable, pero con riesgo y necesitas entender bien la letra pequeña.

Al final, tu instinto ahorrador y tu lado ambicioso pueden convivir si eliges bien. No descartes un cambio si tienes horizonte, pero no te lances sin entender bien lo que firmas. Puede que el unit-linked sea tu próxima jugada, pero solo si sabes jugar.